jueves, 25 de julio de 2013

La resensual ella

Sabía que no era buena idea venir a esta fiesta, mis indicaciones son muy precisas y aquí abundan las tentaciones... Me senté en la mesa y buscaba rostros conocidos cuando vi a mi amigo entrar por la puerta, con ella.

Ella, una morena radiante y suculenta, mi amigo la soltó de su mano para saludarme, sólo lo escuché decir que iría por algo y volvía cuando vi que ella estaba a lado mío en la mesa, toda ella era hermosa para mi gusto, no entiendo cómo hay gente que no les agrada las de su tipo, con ese color dorado y oscuro tan divino, de gran cuerpo y fragante.

Ella comenzó a vibrar con la música que acababan de poner, me cautivó con sus vaivenes, un embrujo delicioso, de repente canciones como Señora Tentación y otras de Lara empezaban a sonar en mi cabeza encontrándole nuevos significados, caí en un eterno embeleso contemplando la perfección de su figura y la forma de su copa, redondeada, de caída perfecta. Ella, una delicia transpirando, invitando a ser tomada.

Mis manos torpes inducidas de insolencia ardían por tocarla, acercarla hasta mi boca y sentirla en mis labios con su suavidad y frescura, sumirme en su potente fragancia y conocer al fin su tan deseado sabor, su secreto enloquecedor. Pero la razón fue mas grande y fuerte que este ardimiento incontenible, mi amigo entró, me vio con extrañeza, tratando de descifrar las palabras que mi cara dibujaba, y con un hilo de voz, un hilo enredado de angustia y desespero dije:

Aléjala

Mi amigo no sabia a qué me refería, buscó mi mirada que ahora permanecía fija hacia el suelo, lo vi asomándose a mi rostro inmóvil pidiendo que repitiera lo que dije. La vergüenza amarraba fuerte mi voz a mi garganta por un instante, a los dos segundos dije:

Aléjala de mi

La sonora carcajada no se hizo esperar, mi cara se tornó roja y aun con pena pero con furia grité:

¡Aleja esa maldita cerveza de mi, por favor!

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