lunes, 13 de febrero de 2012

¿Qué puedo darle?


¿Un mar de infinitas lágrimas?
¿Una voz silenciada y mutilada?
¿Unos ojos ciegos e hinchados?

Daría fe y esperanza si la tuviera
Te abordaría si pudiera

Soy un roto reloj de arena
de fugas incontenibles
Inmerecida condena
al final más predecible

Dejaré de hablarle a la noche
y llorarle por los rincones
Tardía la dicha
que larga despotrica


Mi amiga
No quiero llamarte amiga
Tan fría y altiva

Te burlas de mí
con tu lozano porte
Pues sabes que no me atrevo
ni a decir su nombre

¿Dime que puedo ofrecerle?
¿Cabellos enmarañados
y pasos descalzos?
¿Mustios menesteres
o un temple a punto del quiebre?

Mi amiga
No quiero llamarte amiga
He de nombrarte dicha
o desdicha
Da igual, pues hoy
eres la misma

Amiga mal dicha
Cuéntale a la noche
de este mi ultimo reproche

He de pisar los rotos cristales
y que causen heridas fatales

He de usar cada una de mis voces
en una última oración
para frenarme de temores
y romper este reloj

¿Dime que puedo darle?
Si no puedo ni mirarle

Me doy cuenta que la montaña
esta fuera de mi alcance
Y soy sólo la sirena
al otro lado del arrecife
Atormentada por el hombre
al otro lado del abismo.


Febrero 13 de 2012